La Sostenibilidad Económica y el Éxito Empresarial
En los últimos años, hemos sido testigos de un agravamiento de diversas problemáticas a nivel global, que van desde desastres climáticos hasta importantes desafíos sociales, como la pobreza y las desigualdades. Estos acontecimientos representan factores de riesgo que pueden afectar la continuidad de una empresa. Por ello, es esencial que se consideren y evalúen, ya que además están en constante evolución.
Por tanto, una ventaja competitiva sólida se convierte en un activo invaluable para las empresas. Aquellas organizaciones que pueden adaptarse y prosperar en este entorno volátil, al tiempo que abrazan la sostenibilidad y abordan estas problemáticas sociales, están mejor posicionadas para mitigar riesgos, mantener la confianza de los stakeholders y acceder a oportunidades emergentes.
Pero ¿qué implica tener una ventaja competitiva? Según Michael Porter, esta se basa en la habilidad de la empresa para ofrecer un producto o servicio diferenciado para los clientes o producir a costos más bajos que sus rivales. En otras palabras, una empresa que cuente con una ventaja competitiva puede generar un valor superior, tanto para sus clientes como para sí misma. Para considerar que una empresa cuenta con una ventaja competitiva, esta debe poseer las siguientes características:
Estas son precisamente las empresas más atractivas para inversionistas a nivel global. Un ejemplo notorio es Warren Buffet, quien en varias oportunidades ha destacado que realiza inversiones enfocándose en identificar empresas que mantengan este perfil, es decir, empresas que conserven su ventaja competitiva en el futuro, lo que se traduce en un mayor rendimiento para los inversionistas. Esta filosofía de inversión considera un término clave: ECONOMIC MOAT.
Un economic moat hace referencia a la fosa que rodeaba los castillos en la edad media y que fungían como una especie de barrera protectora. Precisamente son las empresas que tienen un economic moat, las que podrán “superar” las tácticas y estrategias de otras unidades de negocio, y así preservar su ventaja competitiva y sus operaciones.
Como se mencionó anteriormente, una de las principales características de la ventaja competitiva es su capacidad para crear valor, lo cual se traduce en mayores rendimientos generados por la empresa en comparación con el mercado. Esto puede evidenciarse inicialmente mediante la evaluación de la rentabilidad de las inversiones realizadas. El primer paso para este ejercicio es analizar el indicador ROIC (Return on Invested Capital), el cual proporciona información valiosa sobre la eficiencia y rentabilidad de las inversiones de una empresa.
El segundo paso es determinar ¿Cuál ha sido el costo de ese capital invertido? Para ello podemos determinar el costo de capital a través de la metodología WACC (Costo Promedio Ponderado de Capital, por sus siglas en inglés). El WACC es una metodología ampliamente utilizada en finanzas corporativas para calcular el costo de capital de una empresa.
La diferencia entre el ROIC y el WACC explicará cual es la posición de la empresa, en el corte de tiempo analizado. Por ello, se podría obtener los siguientes resultados:
1.El rendimiento del capital (ROIC) de una empresa excede su costo de capital promedio (WACC), la diferencia positiva es el valor económico que se está creando por la ventaja competitiva.
2. El rendimiento del capital de una empresa es igual al de su costo de capital, es decir la empresa no crea ningún valor adicional y probablemente no se cuente con una ventaja competitiva.
3. El rendimiento de una empresa sobre el capital invertido es menor que su costo de capital promedio ponderado, en este caso la empresa se encuentra destruyendo valor económico con sus operaciones.
El último paso es identificar cuan sostenible es la ventaja competitiva, es decir cuan profundo es el moat; para ello el analista debe elaborar proyecciones de los estados financieros de la empresa y revisar en cada año si la diferencia entre el ROIC y el WACC es positiva.
Finalmente, es fundamental tener en cuenta que una ventaja competitiva se desgasta con el tiempo debido a los cambios en la industria y en los mercados. Por esta razón, la empresa debe enfocarse en la innovación para preservar esa ventaja competitiva. Además, gracias a la innovación, la compañía continuará creciendo, ya que aumentará la brecha competitiva con respecto a la competencia que no se adapte a los cambios.